DESARROLLO INFANTIL DE UN NIÑO DE 10 AÑOS

Puede variar según el niño, pero esta etapa del desarrollo infantil puede prolongarse hasta los doce o trece años; un periodo de duelo por el abandono de la niñez para conformar su propia identidad.

Comienza la pre-adolescencia, esta etapa intermedia tiene como principal característica los cambios psicosexuales, que son especialmente acusados en el caso femenino. Las niñas se desarrollan antes y esto remarca, de forma más diferenciada, la distancia entre ambos sexos. Puede variar según el niño, pero esta etapa puede prolongarse hasta trece años; un periodo de duelo por el abandono de la niñez para conformar su propia identidad.

A esta edad, la sociabilización es el centro del niño, por lo que también se muestra una mayor distancia entre la familia y los amigos. Es ahora cuando surge de forma protagonista la figura del mejor amigo. Surgen las pandillas y grupos de amigos, que suelen ser homogéneos, grupos de niñas o niños, que se refuerzan por estos cambios físicos y psicológicos.

En este momento crucial de la vida de un niño, el cuerpo está cambiando, como hemos comentado, especialmente en el caso de las niñas, sin embargo, psicológicamente un niño de diez años no ha madurado aún.

En este desfase entre el físico y psicológico, la labor de los padres tiene que estar centrada en ser sensibles a todo los cambios que van a venir. Nuestro hijo ya no se considera un niño, por lo que tenemos que abandonar un trato tan infantil. Esto no significa que el niño no necesite afecto, para él es muy importante nuestro cariño y apoyo. En este momento vemos cómo el niño es más rebelde que en años anteriores y es que comienza lo que será una tónica de la adolescencia, el cuestionamiento de los padres. El niño no acepta las normas con la misma receptividad que antes.

A nivel intelectual, un niño de diez años quiere dominar la realidad y ha desarrollado una notable capacidad para razonar y también de reflexión sobre sus actos y sentimientos. Realiza operaciones mentales de mayor complejidad, incluso desarrolla su propio sentido del humor. A los diez años, les suele gustar mucho los chistes y coleccionar cosas; además les interesa las historias de aventura y misterio. Como padres, es fundamental que apoyemos todos los cambios que está viviendo y ayudemos a nuestro hijo a tener un equilibrio entre las tareas escolares, la familia, las actividades estructuradas y el ocio. No debemos olvidar que es aún un niño.