DESARROLLO INFANTIL DE UN NIÑO DE 11 AÑOS

Lo que en algunos niños se inició el año anterior se muestra de forma más evidente a los once años. Es por esta razón que la edad de los once años se considera el inicio de la adolescencia en la mayoría de los casos.

Los cambios psicofísicos marcan esta etapa, el niño está interesado por todo lo que ocurre y surge una curiosidad por la sexualidad. En este sentido, el papel de los padres es resolver y ayudar a su hijo a entender por qué está cambiando su cuerpo y todas sus inquietudes acerca de este tema.

A los once años, el niño suele ser muy inquieto, aunque también esté muchos ratos tranquilo, formula muchas preguntas, especialmente sobre el mundo de los adultos, le llama mucho la atención todo lo referido a los mayores, ya que pronto será uno de ellos.

Intelectualmente, el niño de once años mejora considerablemente su atención, y es capaz de pasar más tiempo concentrado que cuando tenía 10 años. Ha perfeccionado su memoria y su vocabulario. Es por esto que ya no sólo le interesan los juegos de movimiento físico (correr, saltar…); le llaman la atención los juegos que tienen que ver con la compresión y el lenguaje. Es un buen momento para empezar a jugar a juegos de mesa; y como en etapas anteriores, al niño de once años le motiva la competitividad. Esta etapa del desarrollo infantil es un periodo de transición a la juventud, el niño fundamenta mejor las opiniones y empieza a emitir sus primeras críticas.

En este sentido, nuestro hijo está más irritable. Su cuerpo está sufriendo un cambio profundo y su carácter también, su personalidad no es tan estable y comenzará la llamada rebeldía adolescente. A los once años se refuerza la independencia y autonomía del núcleo familiar, y aunque sigue siendo un centro de gran influencia, el niño a esta edad busca el reconocimiento fuera de casa. Su gran objetivo es la aceptación dentro del grupo de amigos. La labor de los padres es estar atentos y ver cómo está influyendo el grupo en la conformación de la personalidad de nuestro hijo. Sus satisfacciones se ven cumplidas ya no sólo en casa y en el colegio, sino con las amistades. Es por esto que a esta edad, el niño busca la aceptación del grupo. Desarrolla en este momento los sentimientos sociales, imagina cómo piensa o se siente las otras personas. El niño de once años es más empático que antes.