Desarrollo infantil

Es importante prestar atención a las diferentes etapas del desarrollo de los niños y ver lo que sucede en cada una de ellas.

DESARROLLO INFANTIL DE UN NIÑO DE 8 AÑOS

Ya queda poco de aquella primera infancia, el camino de la sociabilidad que se ha iniciado en el niño años anteriores se explicita de forma más clara a los ocho años. Los padres ya no son su único mundo, de hecho, el niño cuestiona a sus padres con preguntas como “¿por qué no sabes patinar?”.

En esta etapa, sus amigos empiezan a cobrar más importancia. Las amistades empiezan a influir mucho en la vida de nuestro hijo y es algo que debemos tener en cuenta a la hora de ver cómo están determinando su personalidad. A esta edad, por este desarrollo social, nuestro hijo se muestra más interesado por iniciativa propia a participar en algún club o a apuntarse a alguna actividad extraescolar. Físicamente, a lo largo de este año, nuestro hijo crecerá bastante y demostrará una mejora en la coordinación y demás habilidades motrices. Esto le motivará jugar a juegos de correr, saltar y todo lo relacionado con el deporte.

A los ocho años aumentan las responsabilidades escolares y es muy importante que la labor como padres sea ayudar a vuestro hijo a organizarse porque puede que haya situaciones que le superen.
Un niño de ocho años es capaz de concentrarse en una tarea más tiempo porque ha aumentado su capacidad de prestar atención

También ha mejorado su capacidad para leer, es un buen momento para iniciar el gusto por la lectura. En este momento, el niño habla bastante mejor de lo que escribe y la lectura ayudará a que se exprese mejor de forma oral y escrita. Todo esto será mucho más evidente cuando tenga 9 años.

El niño está cada vez más interesado por lo que ocurre fuera de su casa; le llama la atención las cosas nuevas como todo lo referido al espacio, también le gusta saber sobre el pasado. A los ocho años diferencia con mayor claridad lo que está bien de lo que está mal. El niño se siente mal cuando hace algo que no es correcto. Es en esta etapa del desarrollo infantil, el niño ya no exterioriza todo: es cuando comienzan, además de los secretos, las primeras mentiras conscientes, anteriormente podía mentir como reflejo para evitar que se le regañara.